miércoles, 12 de septiembre de 2012

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Pídeme que no llore cada vez que me de cuenta de que lo nuestro es imposible. Pídeme, si quieres, que sonría por ti, pero solo lo haré si estás conmigo. No me pidas que te bese si no estás seguro. Que deje de llorar mirando como vienes y vas, pídemelo, pero sólo si prometes que o te irás para siempre, o te quedarás conmigo. Pídeme que eche todo a perder, siempre y cuando me demuestres que ese "todo" no existe, y pídeme también, que no piense noche sí, noche también en ti; que no piense en si me llamarás con tu estúpido tono de voz para saber si estoy durmiendo bien. Pídeme que no te grite cuando hayas hecho algo mal, porque me quedaré sin voz. Pide que no te siga creyendo, y lo intentaré. Pídeme que no piense que cambiará, pídemelo y dejaré de convencerme a mi misma de que aún me quieres. Por pedir, pídeme lo que quieras, todo, todo lo intentaré; menos dejar de quererte, porque juro que lo he intentado pero no puedo.

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